Para mujeres adultas no embarazadas, la ingesta recomendada es de 400 g/día para el equivalente dietético de folato. Las necesidades de ácido fólico aumentan durante el embarazo para cubrir la eritropoyesis (formación de eritrocitos y leucocitos en la médula ósea), la síntesis de ADN materna y el crecimiento fetal y placentario. Los Centers for Disease Control and Prevention recomiendan que todas las mujeres en edad gestacional aumenten su ingesta de ácido fólico y que las obesas lo hagan en mayor medida
el tubo neural se cierra a los 28 días de gestación, antes de que la mayor parte de las mujeres se enteren de su estado
La carencia de ácido fólico se caracteriza por una reducción de la velocidad de síntesis del ADN y de la actividad mitótica en las células individuales. Los cambios morfológicos y bioquímicos en los leucocitos indicativos de la carencia anteceden a la anemia megaloblástica manifiesta, última fase de la carencia de ácido fólico, que puede no manifestarse hasta el tercer trimestre
La carencia materna de folato se asocia a aumento de la incidencia de malformaciones congénitas, como labio leporino, paladar hendido y defectos del tubo neural (DTN) .
Las mujeres que fuman, consumen alcohol de forma moderada o importante o toman otros tipos de drogas presentan riesgo de estado carencial de folato, al igual que las afectadas por síndromes de intolerancia o alteraciones genéticas relacionadas con la metilación y el uso metabólico del folato de la dieta
fuentes alimentarias
El folato aparece en forma de poliglutamatos de folilo reducidos (principalmente, 5-metil-FH4 y 10-formil-FH4) en distintos alimentos de origen vegetal y animal. El hígado, las setas y las verduras de hoja verde (como espinacas, espárragos y brócoli) son fuentes ricas. La carne magra de vacuno, las patatas, el pan integral, el zumo de naranja y las alubias secas son fuentes buenas de este nutriente.
Share This :
0 comentarios:
Publicar un comentario